Como vimos anteriormente, existen varios procesos automatizados para limpiar el agua de nuestra piscina. Después de ver cómo funciona el proceso mediante ozono, hoy os presentamos el tratamiento con luz ultravioleta.
Este sistema se basa en el uso de unas lámparas que a un nivel de potencia determinado, atraviesan las paredes de los microorganismos y destruyen su ADN, por lo que hace desaparecer virus, hongos. y otros tipos de microbios. Esto lo consigue sin el uso mayoritario de cloro u otros elementos químicos, ahorrándonos así las consecuencias de su empleo.
Por eso la principal ventaja de la utilización de la luz ultravioleta es que reduce al mínimo la cantidad de desinfectante que hay que añadir a la piscina, puesto que una gran parte de la desinfección del agua ya la ha realizado el sistema. A pesar de ello es necesario mantener una mínima porción de desinfectante disuelto en el agua.
La luz ultravioleta destruye las cloraminas, subproductos con olor desagradable que provienen del tratamiento con cloro,además es también en sí un desinfectante muy eficaz, por lo cual las empresas administradoras de piscinas pueden reducir drásticamente el uso del cloro (que suele reducirse hasta la cantidad mínima de 0,5 ppm).
Por el contrario, la desventaja que conlleva este proceso es, igual que en otros procesos automatizados, su duración. En este caso, por culpa de la suciedad que suele acumularse en las lámparas, lo que reducirá la capacidad de penetración de los rayos reduciendo así la vida útil del sistema. Reindesa recomienda equipos con limpieza automática, estas máquinas se autolimpian con la frecuencia que les programemos consiguiendo así la máxima efectividad siempre.
En conclusión, el resultado de usar la luz ultravioleta es una excelente calidad del agua, sin malos olores ni problemas de irritación de los ojos, con un menor gasto de producto químico y un ahorro sustancial de agua de renovación.
La última instalación de desinfección mediante luz ultravioleta de Reindesa aquí.